El reloj me indica que tan solo restan cuatro horas
para que concluyan 19 años de recuerdos
que no se olvidarán jamás.
El resumen de esta historia pasa por mi mente
y me recuerda cada instante,
cada suspiro, cada momento de desesperación,
nostalgia, perdón, alegrías, tristezas,orgullo, pasión,
pocas certezasy varias emociones.
Las mismas me permitieron descubrir con emoción
cada detalle inesperado
y cada segundo terminado.
Quizá como quise que sea, quizá no.
Eso es lo de menos.
Ahora sólo importa saber que mi reloj
continúa restando instantes que no regresarán más;
buenos y malos, pero instantes al fin.
Ellos quedarán plasmados en mi interior
y formarán parte de estas cortas horas
para despedirme de ellos.
Ya vendrán dos veces diez.
Quizá doble paz, dos veces amor,
doble felicidad y espero también doble perdón.
He de confesar mi gratitud,
pues debo reconocer que a veces quería y otras no;
pero al final de cada día aprendí a ser mejor.
Ahora me despido,
y no precisamente con mucha despreocupación.
Cada episodio tuvo una decisión especial,
una mejor y más importante que otra.
Pero es en ésta historia,
en la misma que hoy termina;
que siento la necesidad de esconder mi deseo
de saber como será su próximo enlace.
Es que no lo sé,
pero de algo estoy segura;
al principio llegaré a atravesar
el comienzo de una travesía sin igual.
Con todo, me refugiaré en la esperanza de saber que,
si hoy termina esta bella historia,
mañana comenzará una mejor,
cuyos momentos penetrarán en cada poro de mi cuerpo
con absoluta felicidad.
Y conoceré que, aún el más caprichoso reloj,
me dará los más hermosos e irrepetibles momentos
que haya vivido jamás.
El final de la proxima doblada, tampoco lo sé.
Y eso es lo de menos.
Es en ésta historia que ya no es tan mía,
que tengo dos veces diez, dos veces vida.
Ya estas viejita amiga que turro.... dos veces diez da veinte ahora para los cuarenta quiero ver tu poema jajaja... Pero siempre pensemos que el mañana será un día mejor no nos desanimemos pilas... Dios nos bendiga.
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